Ante la desprestigiada imagen que han adquirido los empresarios de los países ricos pues son considerados como los responsables de la crisis financiera mundial, las compañías, con la ayuda de los políticos, deberán hacerse con todas las estrategias necesarias para limpiar su reputación corporativa y explicarle a la población los pros de los negocios para el crecimiento económico de los países.
El sector de los negocios, antes ubicado en un pedestal, ha caído en desgracia desde que la crisis crediticia casi condujo al mundo hacia otra depresión. Es más, los titanes empresariales que antes encabezaban las portadas de las revistas están viendo cómo sus carreras se derrumban al ser llamados ante comisiones del Congreso o enviados a la cárcel.
Es por ello que muchos empresarios se levantan entre las cenizas para hacer oír sus voces y condenar el hecho de que todo su gremio está siendo juzgado por los errores y delitos de otros. La crisis crediticia fue el resultado de la negligencia de los banqueros que otorgaron muchos préstamos y los legisladores que no pensaron en la posibilidad de un auge y caída económica.