La confianza no había aparecido nuevamente en las empresas de EUA, luego de la conmoción ocasionada por la peor recesión desde 1930. La preocupación frenó la economía y, desde entonces, el objetivo de los jefes de empresas ha sido la supervivencia, por lo cual han llevado un estricto control sobre la contratación y el gasto.
Pero, desde marzo, los inversores se han abalanzado hacia las acciones, sin dejarse intimidar por los temores de una burbuja financiera, elevando a 60% el índice bursátil Standard & Poor's.
Esto es una señal de que podrían mejorar las perspectivas para una recuperación y disminuir los riesgos de una recaída en 2010 como consecuencia del impacto del estímulo económico federal de us$787 mil millones.